jueves, 12 de febrero de 2009

MAÑANA SALDRÉ A CORRER

Haces planes con la intención de cumplirlos, intentas ser constante en los entrenamientos programados, procuras no saltarte ninguno para que la pereza no se apodere de nosotros; cuando estas corriendo vas pensando en el próximo rodaje, en los días que vas a salir la próxima semana, en lo que será optimo para esa carrera que tenemos programada, en ese reto que ronda nuestra cabeza y alimenta el gusanillo de nuestro estómago; pero a veces todo da un giro y queda truncado, vuelta a empezar, y rápidamente procuramos encontrar la solución.
Mientras el pasado sábado y domingo hacía tirada larga, planificaba las dos semanas de entrenamientos de cara a la cita sevillana, todo cuadraba y quedaba grabado en mi cabeza; pero, ahí ese pero que siempre o casi siempre suele haber, el lunes todo cambio.
El lunes cuando ya quedaba poco para finalizar la jornada matinal de trabajo, alrededor de las 14:10 horas, me cruzo con un compañero de trabajo.
- “Pasa por la oficina, mañana a las 07:00 sales para Barcelona”, continuó hablando pero yo ya no oía, a mí mente vino el maratón de Sevilla; los dos días que iba a perder de trabajo en la semana clave; el cansancio extra que mi cuerpo iba a acumular; el fin de una lucha, yo no había perdido, ni cedido, no queda más remedio.
Y como estaba previsto a las 07:00 de la mañana emprendemos el viaje relámpago, parada para repostar y a rutear; los kilómetros van cayendo, atrás dejamos ciudades y pueblos, Burgos, Miranda de Ebro, adiós Castilla y León, nos adentramos unos kilómetros en Euskadi, cruzamos La Rioja (atrás queda Logroño), Navarra, ya estamos en Aragón; seguimos devorando kilómetros, a lo lejos divisamos Zaragoza, sin parar la bordeamos viendo en la distancia la Basílica del Pilar, seguimos, queremos llegar a comer a Lérida.
Ya en Lérida nos damos un descanso, merecido por cierto, después de una buena comida continuamos viaje, Barcelona nos espera; sobre las 19:00 horas llegamos a la zona franca, donde después de solventar algún problemilla conseguimos dejar la carga, ahora quedaba adentrarnos en la ciudad de Barcelona y conseguir alojamiento.
No tardamos mucho en localizar un pequeño hotel acorde a nuestras necesidades y presupuesto; nos adecentamos un poquito, paseo por las ramblas y sus aledaños, cena y a dormir que al día siguiente queda la vuelta.
A las 08:00 de la mañana quedamos citados en la recepción del hotel, toca un pequeño desayuno antes de iniciar el regreso.
Parada en Lérida, donde tomamos un “cafelito” sin prisas, pararemos a comer en Zaragoza; una vez que dimos cuenta de una suculenta comida llena de energía, “potaje de garbanzos, muslitos de pollo al ajillo (que se convirtieron en tres muslazos), y tarta de la casa”, un poco de tertulia, y por supuesto ya de estar ahí no podíamos irnos sin visitar la Virgen del Pilar.
De nuevo en los vehículos nos entregamos a la carretera, poco a poco la noche nos engulle, ya solo vemos luces de pueblos y ciudades, Logroño, Burgos, provincia de León, y León, 22:45 en casa.
Breve cena, breve narración y cama…..mañana saldré a correr.

Y salí.

4 comentarios:

Rafa González dijo...

Yo soy de Zaragoza...me has puesto la piel de gallina...¡El Pilar!. Dentro de dos semanas tengo que ir por allí y tengo muchísimas ganas de pasear de nuevo por mi Zaragoza.

Beatriz dijo...

Ánimo con los entrenos Saturnino que ya no queda nada de nada para Sevilla. Seguro que lo bordas.
Besos.

Saturnino dijo...

Rafael: Bonita ciudad, no la conocía, me he propuesto volver con más tiempo.

Beatriz: Me cambiaron un poco los planes, pero ahí sigo.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

SONIA dijo...

A veces las cosas no salen como habíamos previsto; pero mira el lado bueno: estuviste en Barcelona y Zaragoza. Turismo nacional:P