martes, 3 de febrero de 2009

SAN BLAS

Permitidme la licencia de dedicar la entrada a un Santo, hoy día tres de febrero se celebra en muchos pueblos de la geografía española la festividad de San Blas, y entre esos muchos pueblos está el mío, Villamandos.
En Villamandos, mi pueblo, hoy es día grande, seguido de otros tres menos grandes pero también festivos.
Los años van pasado inexorablemente pero la fiesta sigue sus pautas tradicionales; ayer igual que hoy, hoy igual que ayer, cierras los ojos y ves; ves.
A su gente alegre y festiva sacando a su Santo de procesión; a esos danzantes bailando a su alrededor; a esas cigüeñas que nunca faltan a su cita alzando su vuelo, aleteando suavemente, mientras las campanas de la iglesia repican incansables; a esos niños queriendo ir a donde los gitanos; ¡ay! esos gitanos.
Gitanos que año tras año vuelven con sus casetas, con su colchonetas, con su pequeña tómbola, con las escopetas de perdigón, esas escopetas con las que querías impresionar a tu amada, y que nunca impresionabas, “voy a tirar el palillo de la bola roja”, si fallas (tenías muchas posibilidades) “estas escopetas tienen el punto de mira desajustado ¿ves?”, que va a ver coño, si aciertas pero en vez del palillo rojo atinas al de al lado el azul “al final apunte al azul”, mientras te dices “estas escopetas tienen el punto de mira desajustado”; esos juegos infantiles y de los no tan infantiles; ¡ay! esos juegos.
Esas carreras de cintas, de sacos, del huevo, esos partidos de fútbol de solteros contra casados, en el que casi siempre ganaban los solteros, esas cervezas que te tomabas después del partido y antes de ir al baile; ¡ay! esos bailes.
Baile donde los niños corretean entre esos jóvenes que se enamoran por primera vez y abrazan a su chica con timidez; que corretean entre esos jóvenes que bailan acaramelados con su novia; que corretean entre esos no tan jóvenes, matrimonios ya, que bailan esos pasos con maestría, mientras miran de reojo a esos jóvenes enamorados; esos niños que siguen correteando, incansables, entre esos que un día fueron jóvenes y que no tienen con quién bailar, conformándose con mirar a la cantante del grupo, intentando guardar su imagen para esa noche llevarla a sus sueños.
¡Ay! San Blas, ¡ay! Villamandos, ¡ay! mi fiesta, mis recuerdos.

2 comentarios:

SONIA dijo...

Las fistas y los recuerdos de la juventud. Si uno pudiera volver hacia atrás...

Saturnino dijo...

No es necesario volver, quizás baste con recordar, hay que ser feliz en el presente, no recordando el pasado, éste solo es para añorarlo.
Un beso.